Electiva: Apreciación Cinematográfica
Maria Alejandra Espinosa Moreno

Electiva: Apreciación Cinematográfica

En una primera instancia, el término apreciar significa percibir. De ahí que la apreciación cinematográfica se concentre en la visualización y audición de filmes, lo que no se restringe a estos sentidos, ya que las imágenes audiovisuales pueden estimular el tacto, el olfato o el gusto, además de despertar la imaginación y la memoria. No obstante, apreciar también remite a valorar, es decir a considerar los distintos elementos que hacen parte de la construcción del audiovisual y, a partir del análisis de dichos elementos, generar múltiples interpretaciones. En ese sentido, es necesario aprender a leer las narrativas, estéticas y contextos abordados en una película, estableciendo relaciones con diversos problemas sociales, políticos, culturales o económicos que identificamos en nuestra sociedad. Es evidente que para ello será preciso tener en cuenta el marco histórico al cual aluden los contenidos audiovisuales, así como la propia evolución de la imagen audiovisual.

Siendo así, lo primero que debemos señalar es que la imagen audiovisual es un medio para construir conocimiento. En otras palabras, el audiovisual permite articular discursos, fomentar el aprendizaje, constituirse en herramienta para la investigación y en resultado de la misma, al mismo tiempo en que produce emociones y alimenta la construcción de imaginarios. Es por ello que el cine y la televisión se han erguido como aparatos ideológicos, siendo empleados por distintos regímenes políticos y económicos para implantar ideas, comportamientos, deseos y miedos. Esto quiere decir que toda imagen tiene una intencionalidad, por lo cual no podemos limitar nuestro papel como espectadores al simple disfrute de las imágenes, sino que hemos de interpretar aquello que vemos.

Hoy en día la producción y el consumo de imágenes audiovisuales son inseparables de la vida cotidiana. En las últimas décadas ha crecido considerablemente el acceso a dispositivos y medios de captura, edición, distribución y visualización de contenidos, hecho que permite conocer filmografías de distinta procedencia. Si bien el cine estadounidense continúa siendo el de mayor difusión en nuestro país, ahora es posible explorar otras miradas y acercarnos a otras realidades gracias a internet, a servicios de televisión que ofrecen canales especializados en cine, al surgimiento y consolidación de festivales locales, nacionales e internacionales, y también a prácticas como el pirateo.

Por otra parte, es fundamental reconocer que el cine ha experimentado cambios no sólo en su producción, sino en las formas en que es consumido, propiciando así hibridaciones entre lo cinematográfico, el video, la televisión, las artes gráficas, el diseño y la internet. Por consiguiente, en este curso no podemos referirnos exclusivamente a la cinematografía, sino que requerimos comprender la imagen audiovisual de una manera más amplia. Esto supone considerar la experiencia que tenemos como espectadores, en un contexto en el que el cine no está destinado únicamente a las salas oscuras donde las películas se proyectan en grandes pantallas, sino que hay una gran cantidad de contenidos diversos que podemos visualizar mediante distintos aparatos o dispositivos.

Ahora bien, frente a esa avalancha de contenidos audiovisuales, es necesario desarrollar una postura crítica que posibilite el reconocimiento y la comprensión de situaciones particulares de nuestro contexto, así como de problemas comunes a la humanidad. Al tener consciencia de tales problemas, podemos aprender acerca de nosotros mismos y de la sociedad mediante la apreciación audiovisual, y asumir una actitud más responsable como productores de contenidos audiovisuales.